domingo, 20 de noviembre de 2011

Días de sol


Llevamos unos días un tanto abrumadores, el viento parece haberse esfumado, parece haberse separado del mar y sin él, el mar no es mar y nosotros no somos piratas.

Se nos acaban las provisiones y el agua potable, apenas queda ron y los hombres ya no se soportan entre sí.

Llevamos unos días sin ver tierra en varias millas a la redonda, tan solo agua, tranquila y apacible, y nuestro propio rastro de cadáveres flotantes que no resistieron el calor del sol y el peso de la atmósfera...Esto es un infierno. Durante las largas horas del día, las ganas y el empeño en encontrar el tesoro desaparecen y se convierten en meras fantasías desesperadas e impacientes de una buena dosis de motivación y que sólo durante la noche vuelven a ser reales, cuando la pequeña brisa marina, aún inservible para mover las velas, se puede sentir sobre la tez curtida de mi rostro.

Ya es el tercer barco fantasma, entre bergantines y pequeños bajeles, que encontramos vagando por estas desoladas aguas y que cuando abordamos sin resistencia, no encontramos en ellos ni una vida y ni una gota de agua; incluso los peces parecen haber desaparecido.

Muchos viajeros y viejos piratas, hablan de estos días, que según dicen se viven en muchos viajes, no sé si saldremos de esta...Pero incluso en estas circunstancias, nunca hay que perder la esperanza, así que esperaré impaciente el día en que los vientos vuelvan a resurgir de la nada y podamos huir de estos mares alejados de la mano de Dios rumbo a Tortuga...y espero que llegue pronto.

¡Todo a estribor!

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